Sucede, para que vivan por siempre y hagan realidad los sueños de quienes creen en ellas.
Hoy es un día especial en el “País de los Cuentos”. Se está celebrando una fiesta de cumpleaños. ¿Quién es la festejada?! Wally el hada!
Por eso va a estrenar el regalo que más le gusto’: la blusa azul y blanca que abrocha al frente con un solo botón rojo en forma de corazón, tan grande como grande es el amor de Wally. Tiene además, un sol amarillísimo a la derecha y una luna plateada con dos hermosas estrellas a la izquierda.
Su madrina uso’ para bordarla, los hilos del día y de la noche y fíjense si quedaron relucientes que al mirar de cerca al sol, la luna o las estrellas, hay que ponerse espejuelos oscuros.
Cuando Wally recibió este regalo se puso muy contenta y comenzó a saltar. El hada madrina se asusto’ porque pensó’ que iba a lastimarse la cabeza con las ramas de los árboles .Así que extendió su varita y pronuncio’ las palabras mágicas:
_ Anu’ arrog arap al azebac …
Haciendo juego con su capa verde limón, lucia Wally en la cabeza un lindo sombrerito de hojas, pero al tratar de mover sus orejas… ¡no pudo! Le molestaban dentro y le daban tantas cosquillas, que por mucho que Wally quería no podía parar de reír. Así que el hada madrina que también estaba contagiándose de risa tuvo muy rápido que cantar esta canción:
_ Amigas tijeras, aguja y dedal ¿Quisieran hoy para mi danzar?
Inmediatamente la aguja, una tijera y un dedal salieron de la varita mágica y en lo que Wally pestaño’ dos veces, sus pequeñas orejas habían quedado libres.
El hada agradeció a su madrina quien a su vez dio las gracias a tijera, aguja y dedal.
Wally se veía ¡preciosa! con su ropa nueva. Se miro en el espejo y feliz corrió para abrazarla. Después de secarse emocionada una lágrima de perla que iba corriendo por su mejilla, el hada madrina le dijo a Wally que ya era hora de reunirse con sus amigos.
En el jardín todo adornado con globos y papeles de colores esperaban impacientes cuantos animalitos podían vivir en el bosque . Un gran “Pupú’- chacha” de flan de coco y vainilla era el pastel .
Después de las fotos, Wally y sus invitados rompieron la piñata y llenaron de juguetes, caramelos y bombones las bonitas cestas que los duendes de las flores tejieron con tanto cariño.
Más tarde, los pequeños pidieron permiso a sus papas para irse a jugar con el hada. Por eso ahora Wally, despreocupada y feliz celebraba su fiesta .
El hermoso brazalete brillaba dejando una franja de luz verde en el camino por donde el hada transitaba, aunque a veces era un inconveniente sobre todo cuando jugaban a las escondidas, pero quien se iba acordar entre tantas sorpresas.
Las hadas madrinas se habían encargado de que en el “País de los cuentos ” solo por este día de festejos, el gallo no cantara para dejar dormir a la luna y hacer que la tarde se extendiera antes de convertirse la noche en un dulce escenario con azucaradas cortinas de sueño.
Las hadas madrinas se habían encargado de que en el “País de los cuentos ” solo por este día de festejos, el gallo no cantara para dejar dormir a la luna y hacer que la tarde se extendiera antes de convertirse la noche en un dulce escenario con azucaradas cortinas de sueño.