Muy ocupado, Dorildo trabaja en su carpintería.
Las herramientas están regadas por doquier a la vez que canta y baila. Trae prendido en su oreja un lápiz y muy cerca hay una hoja de papel en la que de vez en cuando hace anotaciones.
_ En una tarde hermosa... Dorildo soñó su sueño... las estrellas brillaban... – se detiene quedando pensativo unos instantes - ¿Eh? No Dorildo, no. Hermosa no pega con brillaban y además hay una contradicción: en las tardes ¿las estrellan brillan? Toma el papel . No le gusta lo que está leyendo y comienza a rayar en la hoja.
_ Esto se va... y esto ... y esto- se detiene alejándose algo cansado- ¡Ay, qué difícil se me hace escribir esta canción!
Hector se asoma por la ventana de la carpintería con un pedazo de madera entre sus manos.
_ Hola Dorildo ¿Puedo pasar?
_ De verdad no la entiendo ¿qué le hice?
_ Holaaa ... – Hector mueve varias veces la mano intentando llamar su atención.
_ Ayudarme ¡ es su obligación ! -se decía Dorildo.
“Toc-toc-toc -toc... toc- toc”
Ahora sí que Dorildo levanta la cabeza.
_ Perdón, ¿Hace mucho que está ahí? Hola ¿Cómo esta’?
Le dice de una vez mientras le abre la puerta y Hector entra ¡por fin!
_Parece que tienes un problema – le dijo echando una ojeada alrededor
_ Pues la verdad, la verdad.... – se quita la gorra y comienza a pasarla de una mano a la otra -Como usted sabe yo soy músico y me gusta componer .En realidad no me negué... es que ... por mucho que hago... y por mucho que me desvelo ... me esfuerzo y por mucho que...
_ Dorildo...
_ No hay manera - le dice algo incomodo - ¿Y sabe lo que pasa ?
_ Uh, uh ... – niega Hector con la cabeza
_ Resulta que mi musa ¡ Se fue de vacaciones!- se sienta de un tirón
_ ¡Oh! Eso ... – le dice Hector esperando algo mas grave
_ ¿Le parece poco?
_ Ejem , pues vamos a ver. Por que’ no te calmas y me cuentas? Quizás te pueda entender.
Dorildo suspira algo decepcionado. Se pone de pie, da unos pasos asomándose a la ventana, luego se vuelve para hablar con voz triste,
_ Hace varios días Eufracia me pidió que le escribiera una canción sorpresa para estrenarla con los niños el Viernes- hizo una pausa antes de continuar- Ayer fue a verme pensando que la canción estaba casi terminada...
_ ¿Y ...? – le alentó Hector para que continuara
_ ¿Y? Que todo fue un fracaso. Yo estaba haciendo mis ejercicios físicos, porque usted sabe que un buen músico debe estar en forma y ...
_ ¡Termina de una vez Dorildo!
_ ¡ Le dije que encima de la mesa estaba el papel ! – comienza a caminar de un lado a otro - Ella fue a buscarlo, lo tomo entre sus dedos y al mirarlo :
“_ ¡Caracoles Dorildo...! ¡Aquí no hay nada escrito!
_ Y qué quieres que haga señora Eufracia si mi musa no me inspira.
_Y dale con lo mismo – me voy a enfadar Dorildo- Te he dicho que tu musa son los niños.
_ Nada de eso. ¡Mi musa, es mi musa!
_ Faltan muy pocos días y una canción no se escribe así como así.
_ Ya lo sé, ¡Y ella también! Así que no imagino que estará haciendo. Pero no te preocupes, de que la escribo ¡la escribo! ”
_ Ahora sí que estoy empezando a entender - dijo casi en un susurro Hector
_No y lo más lindo es que sigue sin aparecer.
_ ¿Y qué piensas hacer Dorildo?
_ Pues la verdad, la verdad...
Mira hacia ambos lados y va hasta la puerta con mucho misterio. Luego se acerca a Hector y baja la voz para decirle
_ Anoche tuve un sueño muy extraño .
_ ¿Ah si?
_ Si – movía afirmativamente la cabeza
_ Y ... supongo que me lo vas a contar.
_ Si.
_ ¿Por qué’?
_ Porque desde que llego anda con un trozo de madera muy parecido al que yo soñé.
_ Dorildo, todos los pedazos de madera se parecen .Aunque este... me lo dio Eufracia para que te lo trajera – se lo entrega
_ ¿Eufracia? ¡Huumm...! - le mira sospechosamente -¿Y qué hago yo con esto?
_ Ahí es donde está la cosa. Me dijo que tu ya sabias.
_ Eso sí que esta bueno. Yo tengo que saber lo que ella quiere que yo sepa porque resulta que soy adivino y... ¡ya se!
Mira a Hector con expresión pasmada y el madero entre sus manos. Luego comienza a reír y a dar saltos mientras canta .
– Ya se, ya se, ya se -toma aire y canta en un tono agudísimo -
¡ Yaaaa sEEEEEEE..... !
Hector se tapa los oídos para no quedar sordo.
De momento, a Dorildo le ha entrado una súper-energía .
El abuelito le ve hacer sin entender lo que está pasando. Dorildo entretenidísimo tararea la canción que se le está ocurriendo.
_ Estoy Inspirado don Hector ¡Inspirado!
_ Pues me alegro...sobre todo porque parece ser que he sido el portador... ejemm... como digo, de tu... ¡inspiración!
Dorildo se detiene.
Mira el objeto entre sus manos, le da vuelta, lo vuelve a mirar detalladamente para luego seguir trabajando en el .
Hector se acerca curioso y le observa.
_ Si no te es molestia... y no interrumpo en lo que haces... Dorildo ¿me puedes explicar...?
_ ¡Oh si, si, don Hector! Disculpe. Mire, acerque una silla y siéntese.
Hector hizo tal como le pidió el músico y presto’ atención, pues estaba muy pero requete muy intrigado.
_Todo está relacionado, todo tiene que ver. Aunque las piezas vengan por separado...
_ Ya se... me estás haciendo una adivinanza.
_ Nooo . Es que ahora todo me rima; mejor dicho: desde el instante en que descubrí la moraleja del sueño.
_ Moraleja...
_ Si, la del extrañísimo sueño...
_ ¡Oh ! . Dorildo, ¿por qué no empezamos de nuevo?
_ Tiene razón.
_ ¿Me cuentas desde el principio?
_ ¡Está más claro que el agua ... !
Se dice así mismo. Luego sonríe dirigiéndose al abuelo.
_... gracias a usted y a doña Eufracia...
_ Por nada hijo, pero entérame primero.
_ Con mucho gusto ¡eso sí!, recuerde lo que le digo, después... ¡ya me dirá!
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